Japón: Sadismo y colegialas

Como todo el mundo sabe, en Japón hay una obsesión sexual tremenda con las colegialas.
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Vean estas imágenes, hagan click para ampliar, lean mi conclusión, y escriban la suya si quieren.Y ahora, pongámonos la bata de Profesor Frink, y analicemos este asunto.
 ¿Qué hace que tantos japoneses disfruten viendo estas imágenes?
Morbo: Todos tenemos más o menos morbo por diferentes cosas. El morbo no es más que la curiosidad por lo desconocido. El morbo se pasa con la experiencia. No veo ninguna diferencia entre el morbo japonés y el español.
Satisfacción por el sufrimiento de un desconocido: Es un instinto natural, que mucha gente tiene. Afortunadamente, yo no lo tengo (siempre que el que sufra no se lo merezca, claro). Tras un tiempo en Japón, puedo afirmar que este instinto se da aquí bastante más que en España, y mi hipótesis es que en una sociedad tan competitiva como la japonesa, la desventaja del prójimo se ve como la ventaja propia.
Satisfacción al destruir algo bonito:
Todo el mundo ha sentido alguna vez el placer de desprecintar un paquete de tabaco, romper el envoltorio de un regalo, destruir una tela de araña, o desarmar una flor. Esa misma sensación es la que producen las imágenes de este post en muchos japoneses, que sienten placer al ver cómo la mejilla de una preciosa colegiala es desfigurada con un cutter. Mi hipótesis es que Japón es como una gran máquina en la que sus indivíduos no son más que engranajes sin ningún poder individual, y el hecho de observar estas imágenes de bonitos seres débiles sexualmente inaccesibles sometidos por machos que podrían ser ellos mismos, les hace sentir poderosos.
Placer al ver sangre:
Esto sí que es raro. Igual que hay gente que se siente bien explotando las burbujas de los plásticos, algunos chalados japoneses disfrutan haciéndose rajas en las muñecas para ver brotar sangre. Lo llamanrisutokattoshindoromu= wrist cut syndrome = el síndrome de los cortes en la muñeca.
Poco puedo decir aparte de que hace falta estar muy jodido de la cabeza para hacer algo así.
Resumiendo, que en Japón hay demasiados chalados que de vez en cuando cometen crímenes de una crueldad indescriptible. Pero, afortunadamente, la población no suele poner en práctica las brutales perversiones que se pueden encontrar en las publicaciones japonesas.
Sin embargo, no puedo entender que el estado no censure estas cosas en Japón (y otras muchas en el mundo) por el bien de la salud mental de la población.
Y no dejen de pensar en un detalle: estas imágenes han sido estudiades y confeccionadas al milímetro por su creador para mostrar a la perfección lo que él tiene en la cabeza, o lo que cree que sus seguidores desean ver.
Me encantaría recibir comentarios con opiniones diferentes sobre este tema.

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