Japón: La privacidad

En Japón, la privacidad es oro. La gente guarda celosamente la suya, pero está ávida de conocer la ajena.
Los periodistas japoneses acosan a sus víctimas con sus cámaras y micrófonos de maneras inaceptables en occidente (si, todavía peor). Lo que más se cotiza son las desgracias. Cada vez que un entrevistado o un perseguido llora, la escena se ilumina de flashes y las televisiones muestran un nítido zoom inmediato para que el público pueda observar bien unas glándulas lacrimales en acción en sus pantallas de alta definición.
Ejemplo de show televisivo cuyo único atractivo es observar la desgracia ajena, aunque tengo que reconocer es realmente gracioso...

japon mangaLa dosis de privacidad ajena que el público japonés necesita pero el periodismo no cubre, es satisfecha por las telenovelas asiáticas, el manga y el anime. Todos ellos increíblemente crueles y retorcidos.
En Japón nadie te cuenta su vida pero todos te preguntan por la tuya. Mi caso es especial porque yo soy un gaijin (extranjero) y por lo tanto entiendo que despierte la curiosidad de la gente. Pero algunos de mis alumnos adolescentes se entrometen con preguntas como: "¿haces el amor con tu mujer?". Eso en España justificaría una expulsión del colegio, pero aquí se responde con una sonrisa y un: "¿¡qué dices!?"
Los adultos tampoco se reprimen mucho. El otro día, en el trabajo, dos compañeras nuevas que se pensaban que mi japonés era nulo se decían una a la otra en mi cara: "ah sí, está casado", tras ver un anillo en mi dedo.
En el mismo trabajo, tengo compañeros con los que he hablado horas y horas y todavía no sé absolutamente nada de ellos pero ellos lo saben todo de mi, porque realmente no me importa y porque si no tampoco sé de qué coño hablar.
La cantidad de pasta que uno tiene o deja de tener también se cotiza bastante en el mercado del cotilleo. He oído hacer juicios sobre mi patrimonio a alumnos de 8 años, basándose en evidencias como que elijo la bebida más barata de las disponibles en la máquina expendedora, o que mis padres tienen una casa en el pueblo.
japon balnearioCuriosamente, la privacidad en los centros de ocio suele ser nula. La gente se baña en pelotas todos juntos en los baños públicos, y las mesas de restaurantes y cafeterías están siempre pegadas, por lo que puedes escuchar perfectamente las conversaciones de los vecinos.
japon restauranteVamos, que no acabo yo de pillar bien el concepto de la privacidad en Japón.
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